La ecología bien entendida es una ciencia holística. Abarca todas las escalas de nuestro conocimiento, por tanto es cósmica y es microscópica. Debería entender y asumir cualquier factor, cualquier interacción o sistema de interacciones que exista. Es por tanto, una disciplina difícil y compleja.
La ecología bien entendida es una ciencia holística. Abarca todas las escalas de nuestro conocimiento, por tanto es cósmica y es microscópica. Debería entender y asumir cualquier factor, cualquier interacción o sistema de interacciones que exista. Es por tanto, una disciplina difícil y compleja.
El mercado domina la cultura y la simplifica porque el sistema de mercado desarrolla aquella cultura que le interesa. No establece ideas profundas ni las relaciona, neutraliza la complejidad y enmudece las ideas que le puedan cuestionar.
El mercado no sigue una lógica ecológica sino una lógica mercantil. La lógica ecológica explicaría los conceptos, sus interrelaciones y los beneficios ecosistémicos de un sistema u otro. La ecología es relacional y busca el efecto suma positivo. El mercado es global y persigue el beneficio.
Ante la complejidad de la ecología, el mercado suele ofrecer lemas que simplifican los conceptos ecológicos. Estos lemas pretenden generar una imagen en nuestro subconsciente de un servicio o producto al que se puede acudir y comprar si se nos ocurre la idea de ser ecologista...
Eficiencia energética, control solar, contribución solar mínima, arquitectura sostenible, edificio de consumo 0 ...Cada vez han aparecido más lemas. La ecología en la arquitectura es un nicho de mercado todavía no muy explotado pero interesante.
Por otra parte, el hecho de ser muy compleja, convierte a la ecología en casi una disciplina inabarcable por lo que es lógico que se reduzca a conceptos más sencillos, casi como una necesidad para poder asumirla.
El mercado tiende a homogeneizar productos, impone servicios prefijando las necesidades y haciéndolas entender como homogéneas, sin matices ni diferencias. La diversidad de personas, de creencias y de formas de hacer y ser no tienen cabida si no se pueden traducir en rentabilidad económica.
La ecología aprovecha la diversidad y por tanto, favorece la integración. Convierte la diversidad en algo necesario. Algo que debe reconocerse como valor de mercado y como factor de renovación social. La diversidad debe tener una traducción en el mercado que ahora no tiene. En la misma proporción, ante la diversidad, los mecanismos de integración cobran una importancia capital.
Entre la diversidad y la integración aparece el concepto del cuidado. La energía del cuidado (todo aquello que realizamos para cuidarnos y cuidar a los demás) nos coloca en el ecosistema, nos da nuestra justa medida. El cuidado es el punto de encuentro creativo entre el individuo, la sociedad y el ecosistema.
En definitiva, una arquitectura ecológica es aquella que interactúa y se mide con el medio, que favorece las relaciones con él, que lo cuida y lo mejora siguiendo sistemas y mecanismos ecosistémicos. Mide qué se necesita y lo integra en el contexto reduciendo al mínimo posible el perjuicio para éste. Cuida del sistema y de todos sus componentes porque son las claves de un ecosistema a mejorar.
Desde arquitectura ecoactiva estudiamos estos conceptos y como se podía significar la arquitectura ecológica para hacerla comprensible a un público amplio.
Establecimos varias ramas de trabajo (a la manera de un rizoma, ramas siempre en contacto unas con otras, poco independientes entre sí). La primera fue la salud porque seguimos utilizando productos nocivos y peligrosos. Le siguieron lo constructivo y normativo: aquello aceptado ya en el mercado o definido por la normativa aplicable; la forma y la energía; lo político y lo social (el sistema de relaciones, lo ecosistémico); la complejidad del ser (todos los aspectos del cuerpo y mente humanos influyen en la vida y por tanto, en el uso y sentido de la arquitectura); y por último una necesaria ética que dé un sentido a nuestra actividad.
El esquema que podéis ver quiere reflejar todos esos puntos de interés que definen para nosotros una arquitectura ecológica. Las esferas de color rosa son aquellos conceptos que el mercado y la normativa han empezado a definir y a exigir. Las esferas del resto de colores son los conceptos pendientes todavía de desarrollo.